El
Consejo Docente del Proyecto de Investigación Formativa México Siglo XX. Cultura, Estado nacional y sociedad industrial
mexicana (1917-2000), de la Licenciatura en Historia de la Escuela Nacional
de Antropología e Historia, en su reunión ampliada del pasado 25 de octubre, ha
analizado la presente coyuntura nacional tomando las siguientes
consideraciones:
- La represión y desaparición de los
estudiantes normalistas de Ayotzinapa, Guerrero, no es un hecho aislado,
es parte de un proceso que al menos en los últimos diez años ha intentado aniquilar
el modelo de las escuelas normales rurales a nivel nacional. Los
normalistas rurales han enfrentado con valor y convicción esta ofensiva,
lo que ha obligado al Estado a extremar sus medidas autoritarias.
- Los sucesos de Iguala, Guerrero,
demuestran que los mecanismos del régimen autoritario siguen vigentes, más
aún si consideramos los hechos represivos contra distintas luchas sociales
por parte de los gobiernos en entidades como Michoacán, Sonora, Puebla y
Estado de México, entre otros.
- El ambiente de represión resulta
necesario para el actual gobierno federal, que se ha esforzado para
finiquitar el proyecto histórico del neoliberalismo, a través de las
llamadas “reformas estructurales”, reformas que han derrumbado por
completo las más profundas conquistas populares que datan de los años de
la Revolución Mexicana. La represión generalizada es por tanto necesaria
para acallar y someter toda crítica y oposición al proyecto anti nacional
y anti popular que hoy domina.
- La lucha de los normalistas rurales
del país se suma a la desenvuelta por los estudiantes del Instituto
Politécnico Nacional, que se han opuesto tajantemente a la tecnificación
de su formación profesional, demostrando que el derecho a la educación es
una demanda evidente y creciente, que el Estado trata de eludir con las
trampas de la demagogia o la represión del priismo de siempre.
- Las masas estudiantiles que a la
fecha se han manifestado por la presentación con vida de los 43
normalistas desaparecidos, ponen en evidencia que las libertades
democráticas y los derechos humanos no son parte de las prioridades del
Estado y que buena parte de los políticos, incluidos los dirigentes del
Partido de la Revolución Democrática y el Movimiento de Regeneración
Nacional, no se encuentran cercanos a las demandas de la sociedad en las
calles, sino que anteponen sus intereses y agendas particulares,
mostrándonos de nuevo el cinismo de la política tradicional.
- Sin embargo, pese a la fuerza y
legitimidad mostrada por la movilización estudiantil y ciudadana en
general, es difícil suponer que esto haga revertir por el momento el tipo
de política demagógica, corrupta y represiva que priva en México. La
situación se hace más acuciante en cuanto verificamos la inexistencia de
liderazgos contundentes y una política clara que de cause al impulso
democrático que la sociedad movilizada está mostrando.
Dadas estas consideraciones, la reunión
asumió los siguientes posicionamientos:
- Es necesario que exijamos con
contundencia la presentación con vida de los 43 normalistas de Ayotzinapa,
así como el castigo a los responsables de tamaña arbitrariedad, pero a su
vez y ampliando así nuestra perspectiva política, debemos asumir como demanda
fundamental la defensa y el imperio de las libertades democráticas y los
derechos humanos en todo el país.
- Al apoyar la lucha de los
normalistas rurales del país y del IPN, nuestra demanda no puede ser otra
más que la vigencia de la educación pública, gratuita y laica, siendo
obligación del Estado satisfacer este derecho constitucional del pueblo
mexicano.
- Los estudiantes y ciudadanos que
hoy nos movilizamos enfrentamos una política oficial que buscará
mediatizar y desvirtuar nuestras legítimas demandas, ante eso, desde el
movimiento social y democrático debemos asumir una política que esté
delineada por tres puntos: 1) esforzarnos por la mayor organización
posible de cada uno de los sectores que nos movilizamos, 2) la
convocatoria a la unidad de los contingentes sociales organizados como
factor de fuerza ante el autoritarismo vigente, para esto proponemos la
celebración de un encuentro social por las libertades democráticas y los
derechos humanos, y 3) la construcción de un programa unificado que eleve
y nutra cada una de nuestras luchas y de ese modo nos abra la perspectiva
de una transformación de nuestra realidad opresiva actual.
Arturo
Luis Alonzo Padilla, Jorge Ignacio García Ponce, María del Carmen Oliveros
Torres, Silvia Verónica Vázquez Salas, María José Vázquez Fiallega, Patricia
Castelán Vargas, Jesús Melecio Alonso Illescas Cerda, Elizabeth Oliva Martínez,
Olivia Isabel Acevedo Tovar, Carmen Camacho Hernández.